Hoy toca respirar aire, me voy a dar un paseo por la montaña, luego supongo que llegare y le daré una vuelta a este texto que escribí esta mañana. Perdido en las montañas, paseando y sintiéndose totalmente libre, uno puede pensar en el tiempo, pensar en el concepto sobre que hacemos con el, ¿Cómo lo aprovechamos?, ¿Cómo lo administramos? llega un momento de la vida en el que todo se resume en una sola palabra: tiempo. Más que una medida un valor perpetuo que nos indica el flujo de la energía que nos rodea. Ese momento es único, finito e inmortal. Único, porque será irrepetible; finito, porque ya terminó; e inmortal, ya que perdurará en la memoria. Lo más cercano a la insolencia del tiempo lo describió William Faulkner en su obra “El Ruido y la Furia”. En el siguiente fragmento, el autor evoca el regalo de un reloj que pasó de abuelo a padre y de padre a hijo. Y es una realidad que generación tras generación acumulamos aquello que llamamos conocimiento. Este fragmento literario dice así:
“…te entrego el mausoleo de toda esperanza y deseo; casi resulta intolerablemente apropiado que lo utilices para alcanzar el reducto absurdum de toda experiencia humana adaptándolo a tus necesidades del mismo modo que se adaptó a las suyas o a las de su padre. Te lo entrego no para que recuerdes el tiempo, sino para que de vez en cuando lo olvides durante un instante y no agotes tus fuerzas intentando someterlo. Porque nunca se gana una batalla, dijo. Ni siquiera se libran. El campo de batalla solamente revela al hombre su propia estupidez y desesperación, y la victoria es una ilusión de filósofos e imbéciles".
Cuando
era pequeño recuerdo que mi padre tenía un reloj de cuerda especial. Aún
conservo en mi memoria el recuerdo de verlo ajustando y escuchando el “tic,
tic” para saber si aún funcionaba. Fue mi padre, él quien me inculcó
el hecho de que un hombre debe saber de todo para poder enfrentar las
adversidades de la vida. Sin embargo, al margen de todas sus virtudes y
enseñanzas, siempre recuerdo y tengo presente su amor por la
lectura. Puedes pasar tu vida leyendo y habrás aprovechado tu tiempo,
pues conocerás lugares que nunca habrás de pisar porque, quizás, ya no existen
y sabrás sobre cosas que jamás has imaginado, pero que podrán existir.
Estaba y está, pues sigue en lo cierto, el tiempo es todo lo que tienes en la
vida. Sin embargo, a veces, lo más importante es olvidarnos de él.
No hay forma de ganarle al tiempo, lo que sí podemos hacer es aprovecharlo en
las cosas que nos gustan.
Siempre creemos que
quedará tiempo… pero el tiempo, nunca es suficiente. Tempus fugit.
Vídeo completo de la emisión del Redes 20: “Qué es el
tiempo”. En esta entrada, se pueden ver los
detalles y más información sobre este programa.
El tiempo vuela... ¿o es sólo una percepción de nuestro cerebro? Estudios revelan que la mente comprime los períodos que nos dejan pocos recuerdos.
- La pregunta más alarmante la mañana de cualquier primer día de mes. -"¿Qué hice ayer a la noche?"- puede parecer benigna comparada con "¿Qué hice exactamente todo el año pasado?" o "¿Ya pasó una década?".
- La pregunta más alarmante la mañana de cualquier primer día de mes. -"¿Qué hice ayer a la noche?"- puede parecer benigna comparada con "¿Qué hice exactamente todo el año pasado?" o "¿Ya pasó una década?".
Sí.
En algún lugar, alguien debe haber presionado el botón de avance rápido. El
tiempo pasa, lento o rápido, pero en enero, abril y septiembre siempre parece que voló y dejó
conversaciones pendientes, relaciones no resueltas, malos hábitos sin modificar
y objetivos sin alcanzar.
"Muchos
piensan en objetivos y, si no los alcanzaron, entonces de pronto piensan que
fue apenas ayer cuando se los fijaron", dijo Gal Zauberman, profesor
asociado de marketing en la Wharton School of Business.
Aun
así, la sensación de que el tiempo pasa varía "según aquello en lo que se
piense y cómo se piense". De hecho, los científicos no están seguros de
cómo el cerebro sigue el tiempo. Una teoría es que posee un conjunto de células
especializadas en contar los intervalos de tiempo; otra es que una gran
cantidad de procesos neurales actúan como un reloj interno.
De
cualquier forma, los estudios hallaron que ese marcapasos biológico no puede
interpretar demasiado bien los intervalos más prolongados. El tiempo parece
pasar más lento durante una tarde sin actividad y acelerarse cuando el cerebro
está ante una tarea desafiante. Los estimulantes, incluida la cafeína, tienden
a hacer que las personas sientan que pasa más rápido; los trabajos complejos,
como calcular impuestos, parecen demandar más tiempo que el que ocupan en
realidad.
Y
las experiencias emocionales, como una separación, un ascenso o un viaje al
exterior, tienden a percibirse más próximos en el tiempo de lo que realmente
están. Algunos psicólogos dicen que los resultados de las investigaciones
respaldan la observación del filósofo Martin Heidegger de que el tiempo
"persiste sólo como una consecuencia de los acontecimientos que ocurren en
él".
Ahora,
los científicos están hallando evidencias de que lo opuesto también sería
cierto: si se recuerdan muy pocos acontecimientos, entonces la percepción del
tiempo no dura; el cerebro comprime los intervalos pasados.
SUBESTIMAR LO TRANSCURRIDO
En
un estudio publicado en la revista Psychological Science , el
equipo de Zauberman puso a prueba la memoria de estudiantes universitarios con
varios acontecimientos de interés público, como la designación del director de
la Reserva Federal (33 meses antes del estudio) o la decisión de la cantante
Britney Spears de afeitarse la cabeza (20 meses atrás). En general, los
estudiantes subestimaron en 3 meses cuánto tiempo había pasado desde aquellos
acontecimientos.
Eso
no fue demasiado sorpresivo. En un experimento clásico, un explorador francés
llamado Michel Siffre vivió en una cueva durante 2 meses, lejos de los ritmos
de noche-día y de relojes fabricados por el hombre. Volvió a la civilización
convencido de que había estado aislado durante apenas 25 días. Cuando se lo
deja funcionar por sí solo, el cerebro tiende a comprimir el tiempo.
Pero
la forma en que establece la temporalidad relativa de los acontecimientos
depende de la memoria. De hecho, los participantes del estudio recordaron
situaciones asociadas con el acontecimiento original, como la complicada vida
amorosa de la cantante o la intervención de Ben Bernanke en la economía
estadounidense, que hasta parecían haber ocurrido hacía mucho más tiempo.
En
una serie de experimentos, el equipo puso a prueba los recuerdos personales y
de fragmentos de películas observados en el laboratorio. El patrón se mantuvo:
cuantas más situaciones asociadas recordaban, más lejos parecía el
acontecimiento original. "A las personas les cuesta comprender el paso del
tiempo -dijo Zauberman- y para poder hacerlo, se une a algo que comprenden",
como es el desdoblamiento de los acontecimientos.
En
un estudio previo, el mismo equipo había identificado una dinámica similar en
el juicio individual de los intervalos que duran sólo unos momentos. Los
estímulos relativamente infrecuentes, como los destellos o los tonos, tienden a
acelerar el marcapasos interior del cerebro. Eso, por ejemplo, explica por qué
parece que los hijos de los demás crecen mucho más rápido que los propios, a
los que vemos todos los días. El cerebro tiene más control sobre su propia
percepción del paso del tiempo de lo que la gente piensa.
El
nuevo estudio sugiere que concentrarse en objetivos o desafíos que ocurrieron
durante el año le daría al cerebro la oportunidad de completar el año pasado
con recuerdos y el tiempo percibido. La mente es perfectamente capaz de
interpretar un año, o una década, que pasó en avance rápido, como algo más que
una pérdida de oportunidades de crecimiento.
El tiempo vuela, pero recuerda, tú eres el piloto. ¡El tiempo vuela!, ¡Cógelo! ¡Córtale las alas y saboréalo! No le dejes volar demasiado alto. Si escapa de tu vista puede que lo pierdas para siempre. Y hay que aprovechar… (Mientras se pueda)
El tiempo vuela, pero recuerda, tú eres el piloto. ¡El tiempo vuela!, ¡Cógelo! ¡Córtale las alas y saboréalo! No le dejes volar demasiado alto. Si escapa de tu vista puede que lo pierdas para siempre. Y hay que aprovechar… (Mientras se pueda)
Recuerda: Haz con tu vida posible, lo mejor posible. :-)
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