No es fácil escoger caminos, pero hacerlo es la diferencia entre ir tirando “con lo que hay” o seguir realmente el camino de tu corazón, ese que conduce de verdad a la realización personal y a la plenitud. Tú decides.
¿De quién es el guión que vives?
Si no te gusta el guión que vives, ya sabes dónde encontrarme. :-)
Cierto día, me di cuenta que el mundo era demasiado complejo para
ser comprendido. Intentaba buscar las respuestas en personas y lugares. Fue
cuando percibí que era necesario comprenderme a mí antes de comprender al
mundo. Intenté entrar en mi mente, y comprendí que ella siempre había estado
abierta, esperando que la explorara.
Comencé andando en medio de los
sentimientos: Descubrí los misterios del amor, vi la belleza de la amistad,
sentí la fuerza de la esperanza y lloré con la tristeza del odio.
Así estaba, fascinado con el mundo de
los sentimientos, cuando en un determinado momento me caí. En esta caída
fui arrastrado a un lugar frío y triste. Comencé a andar por los laberintos más
oscuros.
No conseguía ver nada, mis manos no
conseguían tocar nada... El miedo crecía más y más. Percibí que había entrado
en el mundo de las dudas y de la incertidumbre. Era imposible decidir. Era
inútil intentar volver y arriesgarlo todo por seguir. Me quedé parado,
sintiendo que el miedo me dominaba.
Cuando el miedo, las dudas y la
incertidumbre ya eran más grandes que yo, fui envuelto súbitamente por una
enorme certeza: "Lo que quería era salir lo más rápido posible de aquella
situación y de aquel lugar".
Y, de pronto, como si fuera magia,
salí de aquel lugar horrible. Me di cuenta que para vencer las dudas, la
incertidumbre y el miedo, necesitaba solamente
tener un objetivo y avanzar. Donde estaba ya no era aquel mundo triste y gris,
al contrario, era iluminado y alegre.
Vi un lago y caminé hacia él. En sus
aguas cristalinas, vi reflejarse el siguiente mensaje: "Continua caminando
y descubrirás las respuestas para todas tus preguntas". Allí me di cuenta
de que estaba en el mundo de la sabiduría.
Obedecí y seguí caminando. Conocí
diversos mundos, cada uno con sus encantos y misterios.
Al final de mi caminata, cuando todos los mundos ya se habían presentado, asumí
que solamente conociendo mi mente, podría comprender al mundo y así descubrir
el verdadero sentido de la vida, y lo principal: Llegar al corazón del
universo. ¿Cómo comprender a los demás si no nos conocemos en profundidad?
¿Cómo descubrir el verdadero sentido de la vida si muchas veces vivimos sin
sentido? ¿Cómo llegar al corazón si no sabemos apreciar en nosotros sus
latidos?
Los caminos más importantes son los
que van hacia nuestro interior. En esos caminos vamos y venimos a diario,
algunas veces nos encontramos...otras tratamos de no vernos porque nos asalta
la duda, el temor, la incertidumbre... Caminamos y caminamos. Pocas veces nos
detenemos a mejorar esas rutas tan importantes que atraviesan de punta a punta
nuestra mente. Cuando nos asalta el miedo, o tememos fracasar nos sentamos al
borde delcamino y nos quedamos quietos... Parece que las fuerzas nos abandonan,
que no podemos seguir y sin embargo el seguir caminando aún con el paso
tembloroso, mirando hacia adelante, hacia la meta nos permitiría llegar a
destino.
La sabiduría no se obtiene en el andar
por caminos llanos, al contrario podemos considerarnos sabios si ante los
obstáculos no interrumpimos nuestra marcha y seguimos caminando aún sintiendo
que el terreno no está firme.
Cuando las dudas, el miedo, o la
oscuridad nos cieguen pisemos con todas nuestras fuerzas y sigamos avanzando
porque sólo si no nos detenemos podremos encontrar las respuestas a todos los
interrogantes y de esta forma descubriremos día a día el verdadero sentido de
la vida...
"No podemos negar el enorme atractivo que tiene la ficción para nosotros. Cuando somos niños nos apasiona que nos expliquen cuentos. Ya de mayores los cuentos pueden no interesarnos tanto, pero nos gusta ver películas, series, o leer novelas, o cómics…cualquier formato en que nos estén explicando una historia. Y es que explicar historias es connatural al ser humano. Las primeras historias explicadas, de héroes míticos se transmitían de manera oral y algunas han llegado hasta nosotros soportando el paso de los siglos, como la Odisea.
No resulta extraño de entender si pensamos que una parte de nuestra memoria es la llamada memoria episódica, en donde “almacenamos” todas nuestras experiencias vitales.
Si pensamos la cantidad de acontecimientos que vivimos diariamente, parece increíble la cantidad de datos que dicha memoria puede llegar a almacenar, pero así es. Todos podemos recordar, con mayor o menor fidelidad, cosas que sucedieron cuando teníamos cinco, seis o siete años. Las historias nos ayudan además a entender la realidad, a ordenarla, a extraer experiencias. Son una fuente de conocimiento. Las obras clásicas perduran en cierta manera por eso, porque nos enseñan aspectos de la vida que podemos aprender a través de la experiencia vivida por los personajes.
El guión de vida es un concepto acuñado por el Análisis Transaccional (AT) una teoría creada por Eric Berne, que aunque no haya sido una teoría probada científicamente, resulta explicativa de la realidad en muchas ocasiones. Y a la hora de entendernos a nosotros mismos muchas veces no necesitamos más que eso, una buena explicación que nos ayude a “elaborar una historia” que nos resulte comprensible. El poder de la narrativa como comentaba la inicio, por el simbolismo que contiene, es muy grande. El guión de vida según el AT sería una especie de plan que elaboramos en la infancia de manera inconsciente, influidos por las figuras de referencia (especialmente padres y tutores) y que vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida.
Independientemente de que eso sea así de un modo exacto y preciso, sí que me parece útil rescatar la idea de guión de vida de modo que nos ayude a entender por qué actuamos como lo hacemos. Todos hemos recibido, en mayor o menor medida y con un impacto más o menos grande, mensajes de lo que era o debía ser la vida por parte de las personas que estaban a nuestro cuidado. Y no son mensajes casuales, sino creencias y valores repetidos una y otra vez. Y no sólo verbalmente, sino también a través de los comportamientos que veíamos y del lenguaje corporal de esas personas. Una mirada de desaprobación de nuestra madre podía bastar para que no tocáramos algo.
Vamos a poner un ejemplo. Imaginemos que hemos nacido en una familia en que nuestro padre era abogado, o médico o alguna otra profesión liberal que suela conllevar bastante dedicación. Desde pequeños nuestro padre nos ha resaltado los valores del trabajo y le hemos visto dedicar a él numerosas horas. Incluso le hemos visto sacrificar tiempo libre por sus “obligaciones”. ¿Realmente pensáis que eso no tendrá influencia sobre el niño? Es posible que ese niño sea a su vez abogado, o médico o tal vez ingeniero y desarrolle una carrera profesional exitosa. La pregunta es ¿es suyo ese guión de vida o es heredado? No quiero complicar la pregunta más, pero podría ser que el niño de pequeño mostrara unas habilidades para el dibujo y la escultura que fueron desaprobadas sutilmente y que aún hoy en día se sorprenda a sí mismo en ocasiones, haciendo un dibujo en la esquina de un mantel de papel sin saber por qué.
Puede parecer que estoy hablando de algo intangible, de las influencias normales que todos hemos tenido, pero la clave está en cuáles de nuestros potenciales y habilidades nos han permitido desarrollar y cuáles no. Pues entre todas esas partes desaprobadas, puede estar nuestra verdadera esencia, ese yo que a veces lucha por salir. La pregunta pertinente aquí es si estás viviendo tu verdadera vida o tal vez, sin darte cuenta, estás viviendo la vida de “otro”. Una pregunta difícil de responder pues te obliga a bucear en tu verdadero yo y descubrir quién eres realmente. O como dice Hugh McLeod, recordar quién eres. Y saber así, si eres el guionista de tu vida o estás siguiendo un guión ajeno."
www.mertxepasamontes.com › Coaching
No hay comentarios:
Publicar un comentario