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8 sept 2013

Historias.

JAVIERARAGON - JAVIER ARAGÓN, EL domingo, 8 DE septiembre DE 2013

Contamos historias para completar nuestro tiempo, mantener tradiciones y cuando menos crear moralejas que enseñen a quienes nos rodean lo que es aceptable y valorado. Nos contamos historias como si se tratase de un crono de vuelos en el que apuntásemos, nombre del piloto, matricula del velero, datos del remolcador, hora de salida, ruta,... Dichas historias nos permiten trasladarnos hacia tiempos y espacios imposibles de replicar, llenos de emoción y aventura, llenos de aprendizaje y de experiencia. Lugares que nos remueven de la rutina diaria, por unos instantes.

Hay historias de comienzos, y de finales; de razones y de sueños; de aprendizaje y de lecciones; y también hay historias atrapantes y aburridas. Y aquellas mal contadas, sin emociones, y difusas, y predecibles, desubicadas… Pero también están las que nos inspiran, historias que nos dan energía y vida a raudales; historias persuasivas, conmovedoras, memorables y auténticas.

Las historias propias y ajenas, conectan nuestra sensibilidad y la del que escucha, enlazan nuestras mentes y mantienen despierta la atención de la audiencia. Pero no es fácil contar historias, porque en el proceso examinamos nuestro propio comportamiento, usamos una lupa para magnificar nuestras emociones y nos hundimos en el escrutinio de nuestras propias razones y sin razones. Y es esto lo que nos permite proyectar transparencia, honestidad y finalmente credibilidad. Y es que si la historia no es creíble, se transforma en una mera y efímera descripción de acontecimientos.

En la era de la Economía de la Atención, en la que tenemos acceso a más información de la que humanamente podemos procesar, seguimos teniendo apego a los relatos. Nos encanta escuchar historias. Consiguen llamar nuestra atención y arrastrarnos donde quiera que quieran llevarnos. Somos un relato que se alimenta de relatos.

Paul Auster, en su discurso en los Premios Príncipe de Asturias, confesaba desconocer el motivo por el que se dedica a la literatura. Simplemente, para él, es una necesidad, un impulso humano fundamental que le lleva a inventar historias. Además, sostiene que la creación de una obra de arte es lo que nos distingue de las demás criaturas y lo que nos define, en esencia, como seres humanos. “Hacer algo por puro placer, por la gracia de hacerlo”.

Como dice Auster, somos criaturas que esperan ansiosamente que les cuenten otra historia, y la siguiente, y otra más. Esto tiene su peligro, como trata de advertirnos Christian Salmon en su libro Storytelling: la máquina de fabricar historias y formatear las mentes. Y es que en ocasiones la narración puede ser una manera de simular, convencer y movilizar o inmovilizar a la opinión pública. El arte de contar historias puede ser también un arte manipulado, y puede resultar más eficaz que la propaganda.

En los blogs también contamos historias. Cada post puede ser una pequeña parte de ellas. Por ejemplo, este blog es el relato de las cosas que voy aprendiendo o sencillamente cosas que se me pasan por la cabeza. Al igual que Paul, no sé por qué me dedico a esto. Lo que sí sé es que siento una tonta alegría cada día cuando me levanto. 

Si también te gusta, seguro que encontraras interesantes propuestas si indagas más por el blog. Tras relatos o reflexiones también podemos encontrar historias en las que cada uno interpretará lo que desee. Aquí tenéis un ejemplo.



 La película que nos contamos.

Con mucha frecuencia, nuestra manera de ver el mundo y a nosotros mismos se convierte en un obstáculo para nuestro desarrollo, se convierte en una fuente de problemas. Esa manera de vernos puede que comenzara a forjarse cuando éramos unos niños. Unos niños que se apañaban como podían en un mundo no siempre amable con ellos. Y utilizaban las maneras de protegerse que tenían a mano, y llegaban a conclusiones sobre sí mismos y sobre lo que esperar de la vida propia de un niño y, muchas veces, adecuadas para la situación. El problema es que la visión del mundo creada por el niño se convierta en los cimientos sobre los que se puede construir todo un enorme edificio al que llamamos nuestra vida de adultos. El problema es que la película que nos contamos sobre lo que somos y lo que es nuestra vida sea una película de terror, o una de esas películas sesudas carentes de emoción, o una edulcorada versión de príncipes y princesas.

Estamos formados por múltiples historias que nos contamos una y otra vez. Somos poco más que esas historias. Y esas historias son pocas. De las infinitas cosas que hemos visto, oído, sentido, pensado…, elegimos unos escuetos capítulos para escribir nuestra propia novela. Y luego la contamos y nos la contamos hasta aprenderla de memoria. Pero podríamos elegir otros detalles con los que componer otros capítulos y, por tanto, tener en nuestras manos otra historia que contar. Es decir, podríamos actuar en diferentes películas y no estar representando siempre el mismo personaje. Podríamos dejar de ser el eterno perdedor, o el chivo expiatorio de la familia, o el torpe que rompe el jarrón cuanto cae en sus manos, o la mujer que salva a hombres imposibles, etc.; para pasar a ser un alivio para quienes nos rodean, o ese personaje que reconoce lo que desea y necesita y sabe conseguirlo y hacerlo compatible con las necesidades y deseos de los que le rodean. (…)

¿Alguna vez te has parado a pensar que estás inmerso en la película que te cuentas a ti mismo? ¿Eres consciente de los capítulos que forman tu novela? ¿Te gusta? ¿Te atreves a reescribir tu historia? ¿Te apetece imaginar cómo quieres que continúe y acabe?

Ojalá tengamos la inspiración suficiente para contarnos una historia en donde abunde la ternura y la alegría. Ojalá sepamos inventar un mundo más sensato.

-      ¿Por qué contamos historias?

De repente me pregunto ¿por qué tengo que contar esto?, pero si uno empezara a preguntarse por qué hace todo lo que hace, si uno se preguntara solamente por qué acepta una invitación a cenar (ahora pasa una paloma, y me parece que era un gorrión…) o por qué cuando alguien nos ha contado un buen cuento, en seguida empieza como una cosquilla en el estómago y no se está tranquilo hasta entrar en la oficina de al lado y contar a su vez el cuento; uno después está contento y puede volver al trabajo.

Que yo sepa nadie ha explicado esto, de manera que lo mejor es dejarse de pudores y contar, porque al fin y al cabo nadie se avergüenza de respirar o de ponerse los zapatos; son cosas que se hacen, y cuando pasa algo raro, cuando dentro del zapato encontramos una araña o al respirar se siente como un vidrio roto, entonces hay que contar lo que ocurre, contarlo a la familia, a la pareja, a los amigos o a los compañeros de trabajo, a quien toque. “Ay, doctor, cada vez que respiro...” jaja! ;-) Contar aquello que nos pesa,  nos dejará avanzar, y pensándolo, será mejor quitarse esa cosquilla molesta del estómago.

-      ¿Qué hay detrás de una historia?

En cualquier historia podemos diferenciar dos niveles: la estructura superficial y la estructura profunda. La estructura superficial o anécdota es lo que sucede en la historia, los hechos narrados. La estructura profunda o meta historia es de lo que en realidad nos está hablando la historia, el tema del que trata.

Por poner algunos ejemplos extraídos del excelente libro La bruja debe morir de Sheldon Cashdan, la Cenicienta nos habla de la vanidad, las  hermanastras por vanidosas no consiguieron su objetivo de casarse con el príncipe. Hansel y Gretel es un cuento que habla de los peligros de la gula y podríamos seguir hablando de cuentos que todo el mundo conoce.

Todas las historias tienen su estructura profunda, no sólo los cuentos tradicionales. Basta con prestar un poco de atención y leer entre líneas para saber de lo que se nos está hablando. Contarnos historias nos ha hecho, y nos hará seguir aprendiendo a no prejuzgar con premura o no actuar antes de tiempo, antes de que no haya vuelta atrás.

No hay que confundir la meta historia con la moraleja. Esta última tiene una clara intención moralizante en la que se nos dice lo que está bien y lo que está mal.  La meta historia, en cambio es el tema de fondo de la historia, y ahí no hay ningún juicio, es el oyente quien saca sus propias conclusiones a partir de lo que oye.
Y ahora que lo pensamos, si de algo sirve contarnos historias; será para hacernos pensar. Para seguir adelante, para persistir, o para reaprender y abrir viras en el rumbo que creamos o no, elegimos cada día.

Cuento luego existo. Lo importante es que estas historias que nos contamos, nos recuerden que la vida es un cuento por el que pasan sus protagonistas de paso, para contarnos el sentido de nuestro viaje.


2 ago 2013

Lo que siempre estuvo ahí.

JAVIERARAGON - JAVIER ARAGÓN, EL viernes, 2 DE agosto DE 2013

30 jul 2013

#TenemosDeTodo de Roberto Pérez Toledo.

@JAVIERARAGON - JAVIER ARAGÓN, EL SÁBADO, 20 DE JULIO DE 2013


20 jul 2013

'Save Rock And Roll' lo último de Fall Out Boy

@JAVIERARAGON - JAVIER ARAGÓN, EL sábado, 20 de julio de 2013

2 jun 2013

Vivir en libertad, con la realidad de las cosas.

@JAVIERARAGON - JAVIER ARAGÓN, EL domingo, 2 de junio DE 2013

Hace días que quería actualizar #LosTweetsDebenFluir y me doy cuenta ahora, al terminar de escribir que no sé ni qué título pondré a esta nueva entrada del blog, y acabo de decidir-lo, ‘Vivir en libertad, con la realidad de las cosas'.
Empecemos. Siempre me entusiasmaron las estadísticas, constantemente he creído que son reflejos que se acercan o plasman y dan forma a la realidad de las cosas. Hace unos años (2008) en el canal de televisión Natgeo presentaron un programa, se llamaba ‘The Human Footprint’ algo así como 'La Huella humana' y en él, comentaban estudios sobre los habitantes de la Tierra. Recuerdo que pude observar de nuevo algo que ya podríamos haber leído o escuchado, en tantas ocasiones pero que como diría un economista, “desde las cifras todo se ve más claro”. Estas curiosas estadísticas las comparto contigo para que pienses y te animes a vivir más y mejor.

Supuestamente la persona promedio conocerá a 1700 personas, se enamorará de 3, se emparejará con 10 de ellas y tendrá sexo sucesivamente a lo largo de los años unas 4.300 ocasiones. De entre todas ellas, 1 morirá en un incendio, 10 se suicidaran, 9 morirán en un accidente de transporte y 350 morirán por enfermedad del corazón. Compartirá con otras personas 1694 botellas de vino, se comerá más de 10.000 chocolatinas y se beberá entre encuentro y encuentro 1351 vasos de cerveza. Esa persona promedio expulsará 61 litros de lágrimas en toda su existencia, sin embargo su pequeña aportación a la democracia se verá reflejada en la punta de un pequeño lapicero que utilizará para marcas las cruces en las 50 votaciones en las que participará. Cada diez años renovará todo su esqueleto. Comprará 3 lavadoras, 4 televisiones, 8 coches y una media de 15 ordenadores.

En toda su vida tendrá una media de 104.400 sueños, 415 millones serán la cuenta de sus parpadeos y arrojará 40 toneladas de basura. En una vida promedio de 78 años consumirá 30 mil pastillas y leerá una media de 2.455 periódicos, además de 533 libros. Solo para los periódicos será necesaria la tala de 24 árboles. Trabajará 10 años y se pasará en el inodoro otros 3. Caminará el equivalente a un trayecto de España hasta Bali, ida y vuelta. Sin embargo lo que recorrerá en coche, le permitiría ir a la luna y volver. Visitará a su médico 314 veces, asistirá a más de 2500 celebraciones y se sentará frente al televisor la friolera cifra de ocho años de su lapso de existencia.

Piensa en todo eso y sé consciente de que la vida se escapa en cada instante, que debemos de aprender a valorarla; y aprender a vivir en el aquí y el ahora. Por más que lo intentemos la vida siempre estará repleta de incoherencias y desvaríos en los echaremos sapos y culebras. Y aunque es triste asumirlo, es el principio y el final de todo lo que nos ocurre. Pensar que esto no es cierto, sería como pensar que la juventud de un anciano reposa en un puñado de canicas viejas, o que los soldaditos de plomo corren por las calles.

Vivir en libertad contigo, para vivir en libertad con los demás. ¿Lo has pensado? Hace demasiado tiempo que quería hablar sobre la libertad, sobre el apego y el desapego que debe vivir uno mismo. En última instancia, somos libres para construir nuestro propio sendero. Hablemos de esa necesidad de vivir por encima de estereotipos creados por una combinación de adoctrinamiento y actitudes sociales, acciones colectivas y pensamientos propios.

Hay 207 estados soberanos en el mundo y en 180 de ellos tienen libertad. Vivimos transportados por la locura, demasiado inspirados a veces en que nos cuide el resto. Habitamos un mundo enorme conceptualizado bajo el lema: “es culpa de la Globalización”. Sin embargo, en el mayor de los casos, cuando nos convencemos y salimos de ese paquete embasado al vacio, el 100% de nosotros lo hace por algo que no puede dejar pasar, algo que consideramos crucial en nuestra vida. Una acción vale para comenzar un largo camino, aunque sea imposible saber cuándo o cual será su final. Más de siete mil millones de personas, más de una séptima parte interconectadas a través de internet, al igual que interconectadas están las economías de sus países y las tendencias de consumo. Un mundo demasiado complicado como para tener datos certeros y más aún si pensamos en la rapidez con la que se producen los cambios. Millones de personas, y cada una con su vida.

Actuamos defendiendo hasta con los dientes nuestra forma de vida y no cambiamos, o eso creemos. “Algunas cicatrices las llevamos a todas partes, y aunque la herida cierre, el dolor persiste” Llega el día en el que despiertas de una forma totalmente nueva, y no eres la persona que eras. (…) Has cambiado y con ello, tú vida. Ya no vale cualquiera o cualquier actividad para llenar el hueco y tú te abres a la complicidad que aparece de pronto y casi sin avisar.  A veces, en ese estado de tiempo,  llega la necesidad del apego que puede ser tanto personal, sentimental como profesional. En lo personal el apego es algo sumamente incontrolable, cuando algo conecta con uno mismo es difícil que esto no le atraiga. En lo sentimental el apego es más controlable y aún así a veces te lleva por un riachuelo que se abre paso en libertad, tal como fluye la lluvia, sin miedo. En lo profesional el apego debe ser controlado, por difícil que parezca tu trabajo – seas jefe o empleado –  no puede ser más que otro pedazo de tu vida que complemente el resto.

Puedo hacer planes de aquí hasta el próximo siglo, pero si me preguntan donde estaré en diez años…  “Haz un plan, fíjate una meta y trabaja por ella.” ¿Lo dijiste?  Ahora mira a tu alrededor, cuenta con los demás, haz que los demás cuenten contigo, vive a fondo… eso es todo. Los últimos meses no han sido tal vez los mejores, -no asustarse, para nada los peores- y creo que he aprendido o reaprendido de algunos acontecimientos que me han ocurrido. Lo primero, que el desapego es clave para que uno mismo sea feliz, he vuelto a entender que los demás no siempre pueden estar encima de uno mismo y que uno mismo no puede estar siempre encima de los otros, parece algo simple, pero estaréis de acuerdo conmigo que en contexto es algo francamente difícil.

Lo segundo que he aprendido es que uno no puede callar eternamente. Sea de la índole que sea, de manera incontrolable acaba saliendo. Entre tanto, esa sensación irracional de que puedes controlarlo todo desaparece, nos creemos capaces ahora, incluso de querer saber cuándo o no se conectan las personas con las que nos relacionamos, - a no ser que tengan Iphone y no nos muestren su ultima hora de conexión. ;-) - A veces la realidad entra a escondidas y nos muerde el culo, y entre mordisco y mordisco, despertamos, nos asustamos, lo entendemos y seguimos adelante de la forma que sea.

Algo curioso en nuestra forma de relacionarnos, dos de cada tres personas que conozcas en tu vida y con las que conectes no se parecerán en nada a ti. En un mundo cada vez más que conectado, olvidamos en ocasiones conectarnos a la realidad de las cosas.

También leí hace tiempo, que nueve de cada diez personas viven enlatadas en una vida, que más allá de hacerles felices, no la han decidido. Esas nueve, o lo que es lo mismo el 90% de las personas viven en una vida en la obedecen directrices determinadas por la mayoría, hacen todo lo posible por no salirse del camino marcado, rechazando otras formas de pensar, cualquier plan que no vaya con ellos.

A veces los problemas no se resuelven como uno espera, y cuando eso ocurre solo queda improvisar. No nos gusta cambiar porque a menudo lo hemos hecho cuando no nos ha quedado más remedio. Por eso lo solemos asociar con la frustración y el fracaso. Tanto es así, que existen siete mecanismos de defensa cuya función es garantizar la parálisis psicológica de la sociedad. La tensión entre razón teórica y razón práctica —y el dualismo que la provoca— no es fácil de resolver, y menos aún de disolver. Pensé en enlazarlo y escribir sobre ello pero recordé que hace unos meses Borja Vilaseca escribió en el País Semanal un artículo que llevaba por título ‘Que cambien los demás’ y que considero tan completo que ahora lo comparto.

El primer mecanismo de defensa es el miedo (1), en seguida aparece en escena el autoengaño (2), es decir mentirnos a nosotros mismos –por supuesto, sin que nos demos cuenta- para no tener que enfrentarnos a los temores e inseguridades inherentes a cualquier proceso de transformación. Para lograrlo basta con mirar constantemente para otro lado. Como decía Goethe “nadie es mas esclavo que quien falsamente cree ser libre”. (…)

Por esta razón, el autoengaño suele dar lugar a la narcotización. (3). Y aquí todo depende de los gustos, preferencias y adicciones de cada uno. Lo cierto es que la sociedad contemporánea en la que vivimos promueve infinitas formas de entrenamiento que nos permiten evadirnos las 24 horas del día. Dado  que en general huimos permanentemente de nosotros mismos, lo más común es encontrarnos con personas que no van hacia ninguna parte. Ir a ninguna parte puede ser, creer que todo está perdido, no fijarte un plan de vida, ¿lo intentaste alguna vez? o no replantearte aspectos de tu vida que tal vez ya no totalicen en nada la realidad que vives pueden ser algunos de los casos.

Con el tiempo, esta falta de propósito y de sentido suele generar la aparición de la resignación (4). Cansados físicamente y agotados mentalmente, decidimos conformarnos, sentenciando en nuestro fuero interno que “la vida que llevamos es la única posible”. Asumiendo así, definitivamente el papel de víctimas frente a nuestras circunstancias. En caso de sentirnos cuestionados solemos defendernos impulsivamente por medio de la arrogancia (5), muchas veces disfrazada de escepticismo. Esta es la razón por la que solemos ponernos a la defensiva frente a aquellas personas que piensan distinto. Al mostrarnos soberbios e incluso prepotentes, intentamos preservar nuestra rígida identidad.

Este camino es corto, y si seguimos posponiendo lo inevitable, la arrogancia suele mutar hasta convertirse en cinismo (6). Sobre todo, tal y como se entiende hoy en día. Es decir, como la máscara con la que ocultamos nuestras frustraciones y desilusiones, nuestros miedos y preocupaciones, y bajo la que nos protegemos de la insatisfacción que nos causa llevar una vida de segunda mano, completamente prefabricada. Tal es la falsedad de los cínicos, que suelen afirmar que “no creen en nada” poniendo de manifiesto que en realidad no creen en sí mismos. Por último, existe un séptimo mecanismo de defensa: la pereza (7). Y aquí no nos referimos a la definición actual, sino al significado original. La palabra pereza procede del griego acedia, que quiere decir “tristeza de ánimo de quien no hace con su vida aquello que intuye o sabe que podría realizar”. En fin, nadie dijo que fuera fácil pero para empezar a cambiar solo hay que dar un primer paso.

Después de leer a Borja Vilaseca podríamos decir que ser realistas es más difícil de lo que parece, y obviamente, si nos comparamos con Leonardo da Vinci, Edison, Marie Curie… o Bernbach, Ogilby, Edward Nash, Gordon Lewis… o los más grandes emprendedores, pensadores y empresarios de nuestra época pondremos el listón tan alto que se nos quitaran las ganas de empezar.

¿Qué tal si nos comparamos con el ama de casa que con 600 euros al mes paga el piso, el colegio de los niños, mantiene a la familia y ahorra?, o, ¿Qué tal si nos comparamos con el estudiante que se paga la carrera repartiendo pizzas, cuidando ancianos y enseñando matemáticas?, o tal vez, ¿Qué tal si nos comparamos con el pequeño empresario que saca adelante 14 puestos de trabajo, compite contra la tecnología extranjera, nunca recibió una subvención y lucha contra viento y marea cada día?

Si somos realistas, así el listón no deja de parecer alto, pero así veremos que personas como cada uno de nosotros consiguen seguir adelante cada día. Si somos creativos aprenderemos a fortalecer nuestras miras y así, el túnel jamás parecerá tan largo. (…) Cuando Juan Sebastián Elcano observó que seguían viéndose en el horizonte los mástiles de los barcos mientras ya no se veían los cascos de los mismos, e imaginaba la forma redonda de la Tierra, estaba siendo tan ingenioso y creativo como Procter and Gamble, que al equivocarse fabricando el jabón Ivory (las pastillas se quedaban flotando como trozos de corcho) decidieron ofrecer-lo como un invento que impedía que la gente se partiera la crisma al pisar el jabón en la bañera.

Y todos, somos por naturaleza igual de creativos e ingeniosos que la madre que elige el tubo de pasta dentífrica con la boca más estrecha, porque así cunde más, o la que inventa el donut al observar que sus tartas se quedan pocas hechas por el centro y decide ponerle allí un agujero. El ingenio, la necesidad de auto-realización, la necesidad de proseguir adelante, de querer entender o de ser entendidos, la inquietud de saber más sobre aquello que tanto nos interesa, forma parte de nosotros. Solo queda intentarlodar un primer pasocreer en imposibles.

Como dice el dicho popular, “querer es poder” se trate del ámbito que sea. Y no existen maquinas para medir todo esto. Mal que le pese a Marvin Minsky, que dijo en cierta ocasión que nuestras mentes son computadoras hechas de carne. “El primer paso para resolver un problema es reconocer que existe.” Mucho me temo que mientras no se invente un procedimiento más fiable, la subjetividad de cada uno, o de quienes le rodean y nuestro propio fuero interno seguirán siendo el criterio preferente para determinar la validez o no de un acierto. En ese camino aprendamos cada día a seguir abriéndonos con simpatía, ponernos en el lugar del prójimo e intentemos no prejuzgar antes de lo necesario.

Y ahora, respóndete a esto: ¿Qué es lo que quieres, en verdad quieres algo? “Ve tras ello, ya que tan solo la lluvia cae del cielo...” Se feliz, ábrete al mundo y pelea por tus sueños. ¡Hasta otra!



20 mar 2013

¡Vuelve la primavera, vuelve!

@JAVIERARAGON - JAVIER ARAGÓN, EL MIÉRCOLES, 20 de marzo DE 2013

Esta boqueada de pensamientos va dedicada a ti, que luchas por dar de comer a tu familia. Dedicada a ti, que jamás pones mala cara ante el trabajo en el trabajo que se te plantea. Dedicada a ti que nunca tuviste un mal hacer aunque te equivocaras. Dedicada a ti, que siempre estuviste y siempre estás para ayudar a tu vecino. Dedicada a ti, que sueñas, creas e inviertes tu esfuerzo en ideas que tal vez mejoren nuestra existencia. Y por último, dedicada a todos y cada uno de los que dan a los demás sin pensarlo su mayor tesoro, su tiempo.


Querido amigo,

Vuelve la primavera, y con ella volverán a brotar las hojas de cada rama que agostada descansaba durante el invierno. Vuelve la primavera, en cada pétalo y cada sonrisa, en cada noche que callejearemos juntos. Vuelve la primavera, vuelve.

Vuelve la primavera, y con ella vendrá “el viento que levantará el agua pero el agua acabará bajando sin ayuda del viento”. Hoy el mundo celebra por primera vez el día internacional de la felicidad. ¿Será una casualidad?

Hoy brilla el sol. Recuerda, estos tiempos que nos tocan vivir como cualquier tormenta acabaran cesando y nosotros saldremos reforzados. Vuelve la primavera, vuelve. En cada gota, en cada beso y en cada acto de bondad. La felicidad la construimos cada día y es irrelevante en qué punto del camino te encuentres, recuerda que lo interesante en su conjunto nos dice que el 20% que no podemos controlar es los que nos construye día a día y que jamás debes mirar hacia atrás sin haber mirado antes hacía delante.

Vuelve la primavera, vuelve. Aquí estamos para ser testigos. 

¡Feliz primavera!

5 mar 2013

¿Qué harías de tu vida si el dinero no importara? - Alan Watts

@JAVIERARAGON - JAVIER ARAGÓN, EL martes 5 de marzo de 2013

Y hoy desde #LosTweetsDebenFluir os traemos este espectacular vídeo con un pequeño discurso de Alan Watts se llama "What if money has no object?", dura unos 3 minutos y está subtitulado al español y otros idiomas para que podamos verlo todos. Te recomiendo encarecidamente que te tomes un recreo de 3 minutos para escucharlo. Si me equivoco -soy Javier- y era una burrada que no valía la pena tener en cuenta, dímelo y te pido disculpas sin problema.

Dice algo que de alguna manera u otra dijimos mil veces. O lo dije yo, o cité alguna gran frase de otro, o nos lo hizo pensar algún libro, video, post, o comentario. Ahora, a esa variedad de
voces le sumamos la de éste filósofo y escritor británico, que lo dice bien claro.

La analogía del discurso del profesor Watts es volver a pensar sobre la vida que decidimos llevar: ¿qué trabajo deseas?, ¿cómo quieres vivir tu vida?, ¿cómo emplearas tu tiempo?... La pregunta es: ¿Qué harías de tu vida si el dinero no importara?

Desde mi humilde (y muchas veces equivocado) punto de vista, si estás trabajando sólo para ganar dinero, o haciendo algo que te hace sentir miserable, aburrido, esperando desde por la mañana que llegue la noche. O trabajando como una bestia en algo que no te gusta. El año tiene 52 semanas para vivir, y está en nosotros la decisión de como las vivamos, haciendo qué, y sobre todo, con quien. Y existen algunas decisiones de las que puede que todos acabemos arrepintiéndonos, algún día. Feliz martes.