Los hay de todos los
colores y para todos los gustos. En todos los idiomas y en distintas culturas.
Se manejan hacia el centro, la derecha o la izquierda, pues los hay de todos
los caminos y tendencias. Los hay independientes y estrictamente dependientes. Honestos
y mentirosos. Serios y cómicos. Los hay “patriotas” del bolsillo
sediento y patriotas de esos que no necesitan levantar bandera para demostrar
el verdadero respeto hacia el rojo y amarillo.
Los hay a favor y en
contra. Amantes del debate y seguidores del “talk show”. Críticos y mediocres.
Sumisos y arriesgados. De larga trayectoria y novatos. Democráticos y
Dictadores. Respetuosos y sin escrúpulos.
Algunos se desempeñan en
los lugares más grandes y reconocidos. Otros, bajo el ala del gobierno de turno.
Mientras tanto, otros un poco más modestos lo hacen desde su individualidad con
un fuerte sentimiento de compromiso.
Más bajitos, más altos,
más formales, más bohemios, el abanico de posibilidades que tenemos es cada vez
más amplio. Los hay cultos e ignorantes. Con tacto y sin él. Pueden crear
poesía al mismo tiempo que una sentencia de muerte. La pluma, el micrófono, el
teclado, son algunas de sus armas, pero la palabra es la más letal.
Se encuentran en un
papel, en un LCD y hasta en un iPod. Se hacen leer, ver y escuchar. Algunos
licenciados, otros de oficio y de corazón. No importa la insignia, importa la
calidad. Están por todas partes, aunque algunos no lo noten.
Muchos buscan la verdad, otros simplemente se tiñen de amarillo. Se dice de una
buena parte que son empresarios, se dice de otros tantos que son meros
soñadores. No podemos quejarnos, pues hay para elegir, aunque nos quieran hacer
entender lo contrario.
No os cerréis, hay
superabundancia de oferta. Dejar de lado el comentario barato de ruleros en
la vereda. No sois todos iguales. Aceptar que hay una gran gama para elegir pues ya sabemos: en la variedad está el gusto. Id, escuchad, leer. Escuchando, leyendo,
periodistas sobran. Falta, sí, gente que sepa apreciar vuestro trabajo verdaderamente y
entienda que cuando hablamos de libertad es justamente la celebración de esta
multiplicidad de personalidades, de facetas, de calidades. Esa misma libertad
es lo que nos permite elegir qué y a quién leer. Que
eso no nos falte nunca.
Sigamos luchando por la pluralidad de voces en el periodismo que es lo que enriquece el debate y la vida en sociedad. Feliz fin de semana. :-)
Sigamos luchando por la pluralidad de voces en el periodismo que es lo que enriquece el debate y la vida en sociedad. Feliz fin de semana. :-)
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